El renting, una solución al envejecimiento del parque

Un servicio con cada vez más adeptos que permite estrenar vehículos en cortos períodos de tiempo. Todo, pagando una cuota mensual que apenas deja afuera el combustible. Aunque el vehículo nunca será propio sino de la compañía que lo alquila.
El renting, una solución al envejecimiento del parque

El renting es una fórmula con cada vez más adeptos que permite estrenar vehículos en cortos períodos de tiempo. Todo, pagando una cuota mensual que apenas deja afuera el combustible. Aunque el vehículo nunca será propio sino de la compañía que lo otorga.

Pero ¿qué es el renting y a que se debe la notoriedad que ha alcanzado en el último tiempo? Se trata de un tipo de alquiler a medio y largo plazo que permite disfrutar de un vehículo pagando solo una cuota mensual que incluye la gran parte de los gastos asociados a su uso. Es decir, impuestos, seguro, mantenimiento y reparaciones, asistencia en ruta, cambio de neumáticos, entre otros.

En la mayoría de los contratos, no hace falta pagar entrada, pero si se entrega un dinero, se puede reducir el importe de las mensualidades. Además, en el caso de las flotas, se puede añadir tarjetas para combustible.

Características del renting

Con la aparición de las empresas de renting flexible -a corto plazo-, el periodo para alquilar arranca en un mes, aunque el plazo estándar de los contratos suele ser de cuatro años. También se fija un kilometraje anual. Se suele situar en los 15.000 kilómetros anuales.

La negociación sobre esas condiciones y el valor que la empresa de renting espera sacar al vehículo acabado su alquiler, determinarán el importe de la cuota mensual. Porque, efectivamente, el automóvil nunca será propio, lo que sí pasa en una compra al contado o financiada. Al concluir el tiempo estipulado, surge la posibilidad de quedarse con él, aunque por una cantidad que solo se conocerá en ese momento. Porque en la mayoría de los contratos, las compañías, o no fijan esa cifra o lo hacen de forma aproximativa.

Se trata, por lo tanto, de considerar lo que se llama el TCO (coste total de propiedad), que es lo que cuesta un vehículo contando todos los gastos asociados a su propiedad y uso durante un periodo de cuatro años.

Mantener actualizado el parque

A ello habría que añadir el valor que se da al hecho de estrenar un vehículo en un período corto de tiempo, con la ventaja que esto tiene en términos de seguridad, eficiencia o confort para el usuario; y de volumen de trabajo para las fábricas y marcas. La despreocupación de pagar solo el combustible y una cuota mensual.

¿Y qué ocurre cuando llegamos al final del alquiler? Lo normal será deshacerse del vehículo para reiniciar el proceso con otro nuevo. Aunque antes, la compañía hará una especie de liquidación tras comprobar que el estado del coche es el adecuado a su edad y kilometraje, y que no tiene desperfectos por mal uso o negligencia.

También cabe la posibilidad de devolver el vehículo antes de tiempo y hará una penalización que determine el contrato. Algo que se suele plasmar en el pago de una o varias mensualidades en función del plazo que quedase por cumplir.